Por qué lo público es inmoral
Himar Almeida
El Estado es ineficiente, y eso es fácil de demostrar. Pero más importante aún, y más difícil de hacer ver, es que es inmoral, y en el correo de este viernes aprenderás cómo convencer a cualquiera de ello.
Serás tan efectivo demostrándolo que quizás tu cuñado te deje de invitar a las cenas de Navidad, ya me lo agradecerás.
En el artículo de hoy:
Qué es la moral: lo explicaremos brevemente ya que no somos filósofos.
Por qué el Estado es inmoral
Cómo convencer a cualquiera de ello.
¿Qué es la moral?
Saber esto te da una ventaja: la próxima vez que un amigo te diga “pero sin Estado sería una locura”, le demostrarás que la locura es mantenerlo.
"La moral es un conjunto de costumbres, creencias y valores que guían a una sociedad para distinguir entre el bien y el mal."
- Wikipedia
Ya solté la bomba, entonces ahora, podemos decir que lo que es moral es el bien, y lo inmoral el mal.
Y en nuestras sociedades modernas, con el tiempo, hemos considerado la violencia, la amenaza y la coacción como comportamientos inmorales. Acuérdate de eso.
Y oye, no te quejes, que lo hemos explicado de manera breve.
Por qué el Estado es inmoral
Independientemente de cómo haya surgido el Estado (aunque veremos ahora una teoría) su supervivencia hoy se basa en…
Sí, ¡la violencia!
Su principal fuente de ingresos es usar la violencia contra ti, los impuestos. Y es que, estás forzado a pagarlos. De lo contrario, irás a la cárcel, mediante el uso de la violencia. Algo inmoral, que sorprendentemente las masas no ven.
Hey, podrás discutir en que son necesarios, y bueno, eso es otro debate que engloba en sí el anarcocapitalismo, pero aceptar su inmoralidad, y la del Estado, es un paso MUY GRANDE.
Probablemente, tú aceptes este hecho, pero un amigo así más de izquierdas que tengas, o un conservador que bebe café negro, son más difíciles de convencer, aquí es dónde entra el siguiente apartado…
Resumen:
Si usar la violencia es inmoral,
el Estado usa la violencia para existir,
por tanto, es inmoral.
Cómo convencer a cualquiera de ello
Para esta misión, vas a coger a tu amigo, y le vas a decir de repente:
— Te voy a contar una historia muy antigua.
Se va a quedar flipando, ¿desde cuándo le cuentas historias así por la cara? (y si es que lo haces, responde a este correo que queremos saber cuántos de ustedes hay).
Atención, la historia es muy sencilla, pero recomiendo crear nombres de personajes para darle emoción y realismo. Primera vamos a contarte la base, y después una versión nuestra.
La historia se basa en un grupo de saqueadores de pueblos de antaño, que descubrieron una mejor manera de saquear: en vez de ir pueblo por pueblo, asentarse en uno.
Se adentran con ellos, y les parasitan. Lo que les dan a cambio es protección contra otros bandidos. A ese robo periódico se le conoce hoy como impuestos, y a ese grupo de bandidos como gobierno o Estado. Esta teoría corresponde a Franz Oppenheimer, que la explica magistralmente en "El Estado" de 1908.
Si no funciona la historia, entonces deberás explicar la moral y el tema de los impuestos, que nunca falla. Lo dejarás pensando por varios días. Aquí la versión que yo cuento personalmente (la usé con mi amigo de Texas y coló):
Hace mucho mucho tiempo, en algún lugar de Europa, había un grupo de amigos. Su líder se llamaba Pedro, y no sabían que hacer para ganar dinero y recursos, así que un día probaron a robar una casa de su pueblo, y funcionó.
Pedro repartió lo robado entre su grupo, y decidieron reclutar a más gente. Con los nuevos reclutas, saquearon todo su pueblo y se fueron de ahí, ya que no había nada más que hacer.
Vagaban por Europa, hacían paradas para comprar más armamento con el oro robado, y comida, aunque a veces esta la saqueaban, llegando incluso a matar en ciertas ocasiones. Decidieron saquear todos los pueblos que vieran. Pero también sufrieron bajas, muchos del grupo de Pedro murieron, sobre todo en el pueblo número 3 que asaltaron, llamada Rothbard Village, creen las leyendas que al sur de lo que hoy es Inglaterra.
Ahí se dice que murió el mejor amigo de Pedro, lo cual, aunque fuese un demonio, le afectó personalmente y se paró a pensar.
No se paró a pensar si dejar de saquear, sino de cómo hacerlo con menos riesgo, y usando menos recursos.
Y dio con la clave
.
¿Sigues ahí? Prepárate que ahora viene lo bueno.
Pedro le explicó a su banda de saqueadores y asesinos su plan para el siguiente pueblo, el cual estaba a unas 16 millas a pie.
Caminaron y caminaron, hasta que llegaron, y esta vez fueron a por el alcalde. No se sabe que pasó con el, pero se sabe que convocaron un reunión en la plaza de la iglesia del pueblo para al día siguiente a las 12 de la mañana.
Era una mañana nublada y sombría, y la plaza estaba llena y la gente con mucha incertidumbre. Al atril se subió Pedro y les dijo:
- Buenos días a todos, sé que no me conocen pero yo a ustedes sí. Mi nombre es Pedro, Pedro hijo de José Luis, y voy a ser su nuevo líder. Les protegeremos de malechores que vengan a atacarles a cambio de unas rentas, las cuales se las darán a mi amigo Héctor, Héctor hijo de Hacienda que pasará por sus casas a recogerla.
— ¿Y si no queremos? — dijo un campesino
— Van a querer, se lo garantizo, habrá consecuencias para quien no pague.
El pueblo aterrorizado, no le quedó más remedio que aceptar las consecuencias. Dicen que con el paso del tiempo, algún campesino se resistió, lo que nunca se supo qué pasó con esos rebeldes.
Pasaron los años y Pedro falleció, pero su legado continuó hasta nuestros días. Dicen que hoy en día esa banda criminal sigue viviendo entre nosotros, y tienen un nombre. Se hacen llamar Estado, y aquellos que se oponen a su poder, les dicen Libertarios.
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